El principio es siempre el mismo, esto es, la excelencia que desde hace cuatro décadas
llevamos transmitiendo de una generación a otra.
Una manera extraordinaria de hacerse cargo de Pastelería Campaña, aunque delimitar nuestra
actividad exclusivamente a "Pastelería" es quedarnos cortos. Pero no adelantemos
acontecimientos, vayamos al principio, donde, como tantas veces ocurre, se suele encontrar la
semilla y el sentido primigenio de las cosas.
El principio es, en nuestro caso, doblemente principio, ya que la boda de Manolo y Carmucha
marca casi el inicio de la historia de nuestro negocio.
Así, hasta poco antes de casarse, Manolo trabajaba como jefe de pastelería en el Gran Hotel la
Toja; siguiendo la estela de su padre, que era panadero y heladero. Carmucha, a su vez,
regentaba una pequeña tienda de alimentación en la que además servían los postres que
Manolo también hacía en el hotel.
Es en este momento donde nace realmente este pequeño negocio. Suyo fue el concepto,
suyos son los proveedores, y suyo es el legado de sabiduría y respeto que mantenemos a la
hora de elaborar, con la mejor materia prima, los productos que os ofrecemos en la tienda.
La gran aceptación de los postres de Manolo llevó al matrimonio a cambiar la tienda de
localización, mudándose desde el barrio del Montiño a la arteria principal del pueblo de O
Grove; la Rúa Castelao, coloquialmente llamada “Calle Catorse”
Cuando Manolo y Carmucha decidieron retirarse, dieron paso a la segunda generación de
pasteleros, que continuaron haciendo a la perfección lo que podría llamarse el hilo conductor
de la pastelería: los mejores postres y hojaldres.
Milagros, hija de nuestros fundadores, junto con su esposo Esteban, se hicieron cargo de la
atención al público. Tito, su cuñado, cogió los mandos del obrador de la pastelería.
Mantuvieron la pastelería, a la vez que la parte delicatessen de la tienda, que ya habían
comenzado a comercializar Manolo y Carmucha. Prestándole especial interés a los mejores
embutidos, productos ibéricos y vinos seleccionados. Así, combinando la pastelería con
productos de la mejor calidad acaba de consumarse lo que es hoy en día Campaña.
En el año 2020 tienen lugar dos acontecimientos muy importantes: Por un lado, Tito, el
pastelero, se jubila; por otro lado es aquí donde se fragua un relevo generacional.
Se pone el mandil el nieto más joven de los fundadores después de años conviviendo y
crecienco alrededor de los hornos. Diego, el pastelero que acompañó primero a Manolo y
después a Tito continúa siendo una parte importante del equipo.
Es en este contexto donde surge la reciente reforma, un cambio que ha transformado el local
manteniendo los valores estéticos y funcionales de antaño.